Miguel, este rubiales de ojos azules tiene un salero increíble. Y no es sólo que tenga una sonrisa irresistible o que haga unos mohines encantadores. Ojalá pudierais oirle parlotear: tiene la jerga más divertida que he oído en mi vida a un niño de su edad. La verdad es que lo pasé genial en su sesión.
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