Marian destila amor y sensibilidad. Hay algo especial en la manera que ella tiene de interactuar con su hijo, una dulzura especial, una sensibilidad que traspasa la cámara y llega. Yo al menos me sentí una espectadora privilegiada del amor entre ella y Manuel. Y en honor a la verdad, algunas de las fotografías de esta sesión ya forman parte de mi colección de fotos favoritas.
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